julio 28, 2016

★trasbordo



Golpean la puerta se ve que para guardar cierto protocolo, o porque saben bien que se las voy a abrir de todas formas. Entran. Mientras una se mete para adentro, la otra no pierde el tiempo y se acomoda a los pies de la cama, como trabándome el andar, como apretándolo. Y ahora me dicen que tal vez convenga estarme quieta, próxima a un rincón cualquiera de un momento cualquiera.

y en esta cueva de falsos inviernos también se puede aprender a llorar
debajo del miedo,
debajo de las paredes húmedas,
con nuestros nombres escritos en forma de templo;

La que está adentro me decapita los ojos, para que una parte del llanto se me quede en la garganta. La que está afuera simplemente observa, mide, toma unos absurdos apuntes que prefiere (siempre prefiere) no mostrarme, no mostrarnos. Y ahora me dicen que tal vez sean nuestros los roces de los cuerpos, los pasos que fuimos aprendiendo a dar hasta la puerta.






ya se va el puente que ninguna de las dos se va a atrever a cruzar;
se ahogan los sobres que envuelven nuestras cartas
y nuestras vergüenzas,
y sus gritos se tragan ambos pedazos de la noche;

Muy en el fondo, nos entristece un poco saber que ninguna se va a tomar la molestia de presentarse, que nos conocemos de sobra. Todas ellas y todas nosotras. Y ahora me dicen que tal vez se queden. Algún tiempo. Otro tiempo.




julio 16, 2016

el viático



Sobre la resistencia de la carne corre el tren del deseo,
ardiente luz de treinta años,
y el corazón se estremece cuando al extremo de la noche
los dedos encuentran otro cuerpo
ya sentenciado por el Apocalipsis (…)

Ella siempre es apasionada como una actriz de cine mudo
y su fe de monedero falso rescata no obstante
la vida perdurable,
y el peso específico,
y las buenas costumbres (…)

Amapola del vicio, sus besos giran en falso como
la llave rota en la cerradura,
pero su lengua, altavoz de la metafísica, recuerda
que la muerte es solamente una palabra,
un irremediable pasaje terrestre.


Carlos Latorre (Buenos Aires \ 1916-1980)






julio 09, 2016

★vienen los días que son los días que ya fueron




todos los días son esta mesa
repleta de cosas huecas o llenas o rotas de otras cosas
que alguna vez fueron el tiempo de alguien,
el cordón cuadriculado de alguien

todos los días el fuego de un libro arde
mientras se tuercen las cosas / los diálogos / las cenizas /
los aleteos / los hombres / las manos / los cuadros /
las manos desde los cuadros

todos los días un llanto acústico de risas tántricas
los gestos / las piedras / todos los absurdos

todos los días
un culto inhabitado que vuelve
en cada ausencia
en cada ruido





ph: Bob Carlos Clark ©




julio 06, 2016

#frida





“Al final del día podemos soportar más de lo que creemos.”


Frida Kahlo
(Coyoacán – 6 de Julio de 1907 / 13 de Julio de 1954)



julio 02, 2016

mi hermana no escribe poemas




Mi hermana no escribe poemas
y  es improbable que de pronto comience a escribir poemas.
Le viene de su madre, que no escribía poemas,
y de su padre, que tampoco escribía poemas.
Bajo el techo de mi hermana me siento a salvo:
nada impulsaría al marido de mi hermana a escribir poemas.
Y aunque suene como un poema de Adam Macedonski,
ninguno de mis parientes se ocupa de escribir poemas.
En el escritorio de mi hermana no hay poemas viejos
ni nuevos en su bolso.
Y cuando mi hermana me invita a cenar,
sé que no tiene intenciones de leerme poemas.
Hace magníficas sopas sin esfuerzo,
y el café no se derrama sobre sus manuscritos.
En muchas familias nadie escribe poemas,
pero cuando lo hacen, rara vez es sólo una persona.
Algunas veces la poesía fluye en cascadas de generaciones
que ocasionan temibles corrientes en las relaciones familiares.
Mi hermana cultiva una prosa hablada decente,
pero toda su producción literaria está en las tarjetas postales veraniegas
que prometen la misma cosa cada año:
que cuando vuelva me contará todo,
todo,
todo.


Wislawa Szymborska (2 de Julio de 1923 – 1 de Febrero de 2012);
“Alabanza a mi hermana”, en Poesía no completa (España, 2011).





julio 01, 2016