octubre 08, 2016

★gorgojos





Un perro que ladra y un gancho oxidado
que cuelga poliéster barato de manchas verdosas.
Una radio encendida escupiendo boleros
y dos sillas de mimbre aguantando la respiración

dos cuerpos que se gritan
que se paren
que se llueven
que se quedan más cerca

Se enhebran en la furia orgásmica de una alfombra rota,
acostumbrados los codos a tanta sequedad
y los torsos a tanta humedad.
Más ojales de botones arrancados
lloran sus camisas en el suelo
y otras arañas – o acaso las mismas de siempre-
escalan los espacios vacios del modular.

Acariciadas en el tufo vicioso de octubre
las masas aceitadas
siguen sangrando réquiems de espasmos.
Se enredan,
como gorgojos en fideos,
en sudores orgiásticos,
y se arrastran las manos por las carnes
desiertas de piel y de género,
abiertos los poros
y cosidas las venas con vientres que se aplastan
que se tuercen
que se espejan
que se apilan cerca