junio 01, 2013

★boreal




Apareció de noche.
Alguien no había apagado bien el Sol y todavía quedaba una brasa en el borde,
como un carbón último y en éxtasis,
como una punta de cigarrillo en  el labio del ladrillo que no se ha pisado,
que no se ha querido pisar.

Surgió de noche.
Se desató los cordones para ver mejor el piso;
corrió las cortinas;
levantó las pausas demoradas con la imaginación y con la sed;
pasó revista;
devolvió las que había robado en la consulta del sexólogo;
se destapó las máscaras y las volvió a apilar sobre el sudor del azulejo;
sucedió;
completó los paisajes que había dejado sin álbum.

Vino de noche.
Tenía puesto un libro.
Las páginas le latieron hasta el calambre.
Vino de noche y le bastó una mañana para interpretarse.
Todavía quedaba una brasa en el borde.

Era una de esas tardes que parecen amaneceres.


De entre los ruidos©, 2015.