“(…)
creo que soy un hombre afortunado
por
no haber tomado la sopa
por
no haber hecho la tarea
por
no haber ido a la Iglesia”
Genaro
Patraka
a
Genaro
¿Cuántas palabras pueden escapar de nuestras bocas mientras dormimos,
mientras rompemos
celestes con rojos?
Puede que algunas.
Puede que otras se nos
vayan a retirar de rodillas,
por el fuego criminal del
asfalto,
o se nos vayan a quedar
amasando cuentos de niños en nuestras gargantas,
en nuestras bibliotecas
invidentes.
¿Cuántos ojos pueden
parpadear nuestras manos antes de cerrarse?
Puede que unos pocos
o puede que sólo aquellos
a los que no hayan mutilado a luces de flashes
y a insectos traídos por
el viento.
¿Cuántas revelaciones
íntimas,
cuántas mitades de
fábulas incompletas
pueden confiarnos su
sangre, su origen y su progenie
a la vuelta de cualquier
esquina?
puede que algunas /
puede que unas pocas /
puede que gruesas / que
falsas / que exactas /que monstruos
puede que muchas
o
puede que todas ellas.